lunes, 24 de enero de 2011

De "Cyrano de Bergerac"

El alma que ama y revelarlo no osa,
con la razón se encubre, pudorosa.
Me atrae un astro que en el cielo brilla;
y, por miedo al ridículo, me paro.

De "Cyrano de Bergerac"

Al fin y al cabo ¿Qué es señora
un beso? Un juramento hecho de cerca,
un subrayado de color de rosa
que al verbo amar añaden, un secreto
que confunden oído con la boca;
una de claración que se confirma;
una oferta que al labio corrobora,
un instante que tiene algo de eterno
y pasa como una abeja rumorosa.

lunes, 10 de enero de 2011

Año nuevo

Los calendarios han cambiado un número, es lo único diferente desde la última vez. Tu nombre sigue resonando en mi memoria cuando no estás y tu presencia continúa llenado los mejores huecos de mi vida. La pieza del centro del puzzle.
Las tardes compartidas tienen la luz de los días de verano, aunque el frío hiele las ventanas desde las que miramos la plaza nevada. La nieve puebla las calles de silencio y me invita a escuchar dentro de mí. Una voz queda me anuncia que, aunque no estés, puedo presentirte en cada instante.
Quizá algún día te quedes conmigo también las tardes de los sábados, estas en las que no sé quién eres ni dónde estás, no sé a qué otros ojos miras ni qué otras palabras pronuncias a alguien que no soy yo.
Borraré del calendario de este año todos los días que no sean nuestros, no sólo míos, no míos sola, sin ti.

viernes, 31 de diciembre de 2010

fin de año

Querido Pablo:
Ayer nos despedimos hasta el año que viene, aún puedo recordar el sonido de tu voz y el tacto de tu piel. Sonreiré al nuevo año porque también llevará tu nombre y despediré al viejo con añoranza porque me regaló tu presencia. Me alegro de que nadie me lea, ni tú ni nadie: las palabras fluyen mejor cuando el destinatario es uno mismo. Hoy no me entristece escucharme, el eco de tus palabras de ayer todavía resuena en mis oídos y sé que aún quedan más momentos para compartir en los próximos tiempos. Hoy me ayudas a vencer al miedo. Estoy segura que, dondequiera que estés esta noche, en algún instante, tu mente volará hasta mí y sonreirás. Quizá cuentes las horas para el reencuentro. Hoy Cyrano afronta el futuro con esperanza. Algún día podré descubrirte lo que se esconde detras de mi amistad.
Feliz año, mi amor.
Sofía.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Querido Pablo:
¿De qué color son tus ojos cuando no me miras? Me gustaría borrar el tiempo que no nos une, poder ignorarlo como si no existiese. Hoy he reconocido el tacto de tu mano, lo esperaba desde que me miraste la primera vez. Quiero leer más allá de tus ojos, quiero interpretar las palabras que no me dices, quiero traducir tus gestos en certezas. Quiero abrazarte y mis manos sólo atrapan el aire que nos separa.
Me dormiré con el recuerdo de tu mano en la mía, quizá el sueño me devuelva un instante eterno entre las brumas de la irrealidad.
Hasta mañana, mi amor.
Sofía

martes, 23 de noviembre de 2010

Querido Pablo:
El día gris me ha sorprendido marchita, como la flor desmayada del poema de Rubén Darío. Me han faltado las gotas de rocío de tus palabras y yo me empeño en buscar explicaciones absurdas a tu silencio. Tu silencio. A ti que te sobran las palabras, me castigas con este silencio de sequía que me encoge y me mata de sed. Me repito que es un buen momento para dar marcha atrás, para no volver a subir al segundo, para mirar en otra dirección, para olvidarme de que un día tiraste de mí hacia arriba, hacia el cielo, pero no quisiste dejarme allí y ni siquiera me preparaste la escalera para bajar. ¿Cómo se baja de las nubes cuando has subido peldaños de deseo envueltos en palabras? Palabras. Yo las creí. ¿Qué poder inmenso tienen sobre mí, qué fuerza imposible de detener? La tarde nublada no me ayuda, esconde la luz y me recuerda que no estás, que he desaparecido entre la niebla y ya no existo en ningún rincón de tu vida. Ni en ese, pequeño, en el que guardabas frases para ofrecérmelas envueltas en celofán. Hasta el envoltorio se ha deshecho entre mis dedos y no me quedan recuerdos que no hieran para poderlos repasar en esta tarde oscura. Hoy sólo quiero sacarte de aquí, escribir hasta que no quede nada tuyo dentro de mí, ni tus ojos ni tus manos ni tu voz ¡Que se vaya tu voz, que no me diga nada más, que deje de recordarme que te has ido y no sé adónde! Busco otras voces, que aplasten la tuya. Y quiero gritar para oírme yo sola y asustarme de mi inútil desesperación. Para quedarme callada de una vez, bajar, tocar suelo y subir de nuevo con ese impulso. Hacia arriba, otra vez, pero sin ti, hacia arriba.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Querido Pablo:

No me ha bastado la evidencia, la realidad comprobada, para que mis sentimientos cambien. El amor es obstinado cuando le contradicen, aunque nos empeñemos en anestesiar las palabras.
Casi siempre este blog de Cyrano me tranquiliza, me sirve de válvula de escape para los sentimientos que no puedo manisfestar de otro modo. Pero otras acaba recordándome lo que no puede ser y me deja mustia y con cierto regusto amargo. Si bien no siempre consigo ver el lado amable de esta historia, mi refugio virtual me resulta igulamente acogedor. Después me duermo más tranquila y, aunque no consigo soñar con nuestra manos juntas, el amanecer me devuelve una realidad más esperanzadora.
Buenas noches, mi amor
S.